Ubicado al oeste del Distrito Metropolitano y con casi 120 años de antigüedad “El Arco de la Federación” es un monumento que fue construido en la ciudad de Caracas en 1895 en conmemoración de la batalla librada en esa ciudad contra el dominio Real en la llamada Guerra Federal.
HISTORIA
Todo comenzó en el siglo XIX cuando Antonio Guzmán Blanco lanzó el primer decreto de construcción para llevar a cabo el monumento hoy conocido como “El Arco de la Federación”, donde en un principio el objetivo era construir dos arcos, uno que celebrara la Independencia y otro la Federación.
Tristemente debido a dificultades políticas de la época el proyecto no pudo ser llevado a cabo durante el mandato de Antonio Guzmán Blanco por lo que algunos años más tarde el 20 de febrero de 1895 el proyecto fue retomado por el presidente Joaquín Crespo, quien se encargó de su construcción.
Para esto Crespo decidió poner a cargo al arquitecto Juan Hurtado Manrique quien trabajaría en conjunto con la colaboración de Alejandro Chataing. Posteriormente se procedió a contratar al escultor italiano Emilio Gariboldi para que se encargara de la decoración de la estructura.
Finalmente el monumento fue inaugurado por Joaquín Crespo el 28 de octubre de 1895 para conmemorar la Guerra Federal venezolana acontecida entre 1859 y 1863, gesta en la que Joaquín Crespo desarrolló su carrera militar, y la que le abrió el camino a ocupar altos cargos, incluido el de presidente de la república.
PUNTO DE CONSTRUCCIÓN
En ese entonces la zona de Caño Amarillo era la puerta principal a Caracas. Lo fue desde que comenzó a operar el Ferrocarril Caracas-La Guaira en 1883. Fue por eso que se mandó a construir el Arco de la Federación en ese punto, en la entrada de El Calvario donde actualmente se encuentra la puerta de entrada lateral del Parque Ezequiel Zamora.
DISEÑO
Su diseño está inspirado en el Arco del Triunfo de París. Tiene una altura de 22 metros y un ancho de base de 17 metros con acabado de friso en almohadillado y molduras en forma rectangular donde en cuyo centro figura la imagen de José Antonio Páez, prócer de la Independencia, y primer presidente de Venezuela.
Los relieves de Gariboldi están hechos con una técnica relativamente moderna para la época, la escultura en cemento, aunque existe la creencia popular de que se trata de mármol.
El arco presenta elementos simbólicos masónicos, como las mujeres con un seno al aire que significan libertad. “Las mujeres batallaban en Francia y, si el vestido se rompía, ellas seguían en la lucha”. Cada una de estas mujeres sostiene una corona de laurel, que representan los honores que se rindieron a Falcón por la victoria. A la misma altura hay dos blasones, en alusión a las armas de la República.
Sobre la palabra “federación” está el escudo de la nación, con la particularidad de que no es la versión actual, pues si bien el caballo corre indómito –no con el cuello volteado–, su galope es hacia la derecha y no hacia la izquierda como está actualmente. En lo más alto, hay tres mujeres: dos sentadas dándose la mano, que personifican a liberales y conservadores; y la otra, de pie, que personifica a la Venezuela triunfante.
ACTUALIDAD
Actualmente este monumento no se encuentra solo, sino que es la puerta de entrada un espacio verde sumamente tranquilo en medio de Caracas donde hoy alberga un parque con jardines que atesora esculturas y una pequeña capilla de estilo gótico francés. A pesar de que es conocido como “El Calvario”, recientemente cambió su nombre a Parque Ezequiel Zamora
La ubicación del parque permite disfrutar de una hermosa panorámica que se extiende a todo lo largo del parque, se puede ver desde allí gran parte de la ciudad capital, así como el Museo Militar y el observatorio Cajigal. Es un espacio bastante tranquilo, con muy pocos visitantes, pese a la importancia y belleza del lugar y de sus monumentos.
A pesar de que fue restaurado en 2010 y a que en la actualidad posee vigilancia permanente, se pueden observar rasgos de deterioro de las piezas monumentales del Arco.
Algunas de estas se encuentran mutiladas, lo que podría ser producto de actos vandálicos, más que un deterioro causado por el paso del tiempo.
